Fronteras

 

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A todos se nos llena la boca denunciando la situación por la que están pasando miles de refugiados en las fronteras, llenamos Facebook y las redes sociales compartiendo vídeos de la vergüenza, hablamos en los bares y en las reuniones, criticamos a los políticos y gobiernos: Y Hacemos todo ello con fundamentos suficientes, con razón.

Sin embargo no nos damos cuenta que ese negro que te pregunta cómo llegar a un centro ambulatorio también puede ser un refugiado. Que esa mora que te mira con dulzura en el autobús también puede ser una refugiada; que esa china que te pide ayuda para encontrar una calle también puede ser una refugiada. Que ese palestino que acude a comprar a tu tienda y que no te entiende, también puede ser un refugiado. Que esa venezolana que lleva a su hijo al mismo cole que tú a tus hijos también puede ser una refugiada.

He visto cómo  tratamos en ocasiones a las personas inmigrantes, como les miramos con desprecio, cómo agarramos nuestro bolso, cómo cambiamos de acera, cómo criticamos que tengan acceso a la sanidad y a los servicios sociales, cómo no les queremos de vecinos. Y creedme las personas con condición de refugiados, no van con un cartel en la frente.

Los políticos y gobiernos tienen que hacer muchas cosas para mejorar la situación en las fronteras, en los países de origen y en los países de acogida. Pero nosotrxs también tenemos muchas cosas por hacer, aquí y ahora.

Judith.